Cuando decidí estudiar arquitectura no imaginaba todos los retos que implica ser un creador y constructor de sueños, desde el inicio de la carrera hasta encontrarnos en un trabajo. Esta carrera reta nuestro pensamiento, nuestras ideas, no es algo repetitivo, solo se puede pensar ¿Cuál será ese próximo reto? ¿Hacia dónde me llevará? Y esto es lo que me hace amar arquitectura, la manera en que la carrera puede transformarnos, y a la ves culturizarnos.
Cada proyecto es un nuevo desafío ya que no existen pasos a seguir que nos lleven a encontrar la respuesta sobre cómo debe ser un diseño, cada uno viene acompañado de un proceso creativo diferente, lo cual lo convierte en único e innovador. La arquitectura es un mundo de posibilidades, en el que cada persona que acude a nosotros para poder llevar a la realidad su idea nos hace parte importante de su sueño, nos hace soñar junto a ellos, nos sumerge en una nueva aventura.
Ese momento de conocer cuál será el próximo proyecto en el que trabajaremos está lleno de emociones, de entusiasmo imaginando todo lo que este puede llegar a ser, sin embargo también temor, ya que puede tratarse sobre algo que no conocemos. ¿Cómo puede ese sueño convertirse en una realidad? Es una de las preguntas que surgen en ese momento; esto nos lleva a salirnos de nuestra zona de confort una y otra vez con cada proyecto ya que nos brindan la oportunidad de vivir, aprender y explorar experiencias más allá de las conocidas.
Todo el proceso de llevar una idea a la realidad, comienza desde empaparse lo más que se pueda sobre el tema, aprender cada proceso, visitar lugares, conocer personas, adentrarnos en cada detalle, todo esto nos lleva a encontrar la raíz, la esencia de lo que queremos conocer y solo esto puede llevarnos a encontrar un camino por el cual dirigirnos a la hora de diseñar. Cada diseño cuenta una historia en él.
«Se trata de generar un vocabulario tridimensional que pueda transmitir conocimientos, sensaciones, que llegue a transportarlos a lugares, todo esto es lo maravilloso que un diseño puede lograr.»
El aceptar el reto, el probarnos a nosotros mismos tiene como resultado llenarnos de alegría y satisfacción al ver el resultado de todo este proceso y el saber que esa persona que inicio con una idea pueda ver materializado su sueño; además de brindarnos nuevos conocimientos, de poder apreciar la manera en la que piensan otras personas, se trata de no solo ser arquitectos, si no volvernos expertos en otros temas.
“No se cómo hacerlo” no debe ser una excusa para nosotros mismos, debemos asumir los retos que la carrera nos ofrece y que nos hacen crecer junto a ellos de manera profesional y personal “Cualquier cosa que construimos termina construyéndonos a nosotros” – Jim Rohn).