Historias de Creación: Pipiris Nais
Escrito por: Juan Carlos Paredes
¿QUÉ ES PIPIRIS NAIS?
Corrían los años 70’s, entrando a los 80’s.
En la TV, La Carabina de Ambrosio y su inolvidable Gina. Veías al Ratón Jarocho, al Tururu y al Pirrurris; años después, al Poncho. Los más grandes veian al Caballo Rojas en El día de los albañiles 2 o 3. Iconos inolvidables de lo PIPIRIS NAIS.
En las casas sonaba La Nave del Olvido y John Travolta seguía siendo rey, bailaba en pantalones de campana y zapatos de charol.
PIPIRIS NAIS, cultura pop mexicana con fusión. Y SI, las fiestas se adornaban con bolas de cristal.
En las casas la fórmica, el ladrillo visto, pintado o al natural. La madera torneada y oscura; con mantel de croché. El recuerdo de los sillones forrados en plástico, que PIPIRIS NAIS.
Las casas no conocían el minimalismo; el colochero al frente en la baranda, en blanco se veia mas Nais. En su interior lámparas de cristal y los vasos de color, se veian mejor.
El bar, trono del señor, labrado en madera y suficiente espejo para reflejar el billete que se podía despilfarrar. Lo PIPIRIS NAIS venía con el exceso, entre querer ser y el no saber combinar.
Las bicicletas de manubrios cromados, el espejo redondo y los flequillos de plástico en tiras le daban su toque genial. Ese plástico el mismo de las bicicletas, el de las canastas, el mismo que se convirtió en tejido para los platos de las pupusas. Tan naturalmente nuestro.
En esa época, las pupusas en comal, con mantel de flores, en plástico, el mismo de ayer y de hoy.
En calcetas blancas casi hasta la rodilla, los bracos puestos, la camiseta sin mangas y sin cubrirte la panza. Muñequera tipo toalla en mano, el pelo largo o encoletado. El Pipiris Nais veía atento la procesión de las palmas, sentado sobre una piedra y la yuca sobre hoja de huerta en mano.
Lo PIPIRIS NAIS, tan urbano, siempre conviviendo y siempre contrastando.
Lo PIPIRIS NAIS era símbolo de que ibas creciendo en la vida, con actitud y ganas de disfrutar.
Si buscamos lo PIPIRIS NAIS en el tiempo, podríamos encontrar nuestro el vehículo que cuenta nuestro cuento, los materiales y los colores para diseñarlo, dibujarlo y hacerlo realidad. En el tiempo y en las memorias, se graban recuerdos para la creación eterna. Son momentos, son instantes, son elementos del día a día a los que debemos estar atentos y nunca despreciar.