Por: Arq. Alberto Antonio Ortiz Arévalo
Hace un par de años escribí un artículo denominado ARQUITECTURA SIN DOLOR, esbozo el concepto de arquitectura desde una óptica poética en donde todos sus sistemas, componentes de ella misma, engranan perfectamente entre si, para satisfacer plenamente al usuario, adaptados al entorno y a su cultura.
El concepto de arquitecto ha cambiado con el correr de los años, pues anteriormente se le conocía como EL PRIMERO EN LA OBRA, según su etimología término que procede del griego “αρχιτεκτων” (architéktōn) y a su vez del latín “architectus”.
Según Vitrubio en su tratado, ‘’Los Diez Libros de la Arquitectura’’, describe al arquitecto como un especialista y versado en una plétora de ciencias físicas, y químicas, otras numéricas, geométricas y artísticas, perito en política y en normativas… y hasta en fenómenos celestes. Pues se consideraba como el único y absoluto director de la obra, desde la concepción espacial, hasta la materialización de sus ideas.
En primer lugar, el hacer arquitectura, es hacer ORDEN, orden funcional, geométrico, espacial y contextual, en cuanto a la disposición correcta de los elementos que limitan y forman el espacio, los cuales satisfacen la función peculiar del mismo.
El proyecto arquitectónico no solo corresponde al arquitecto, junto a él están todos los especialistas en sus distintas áreas específicas del proyecto, estructuristas, electricistas, interioristas, mecánicos diseñadores gráficos, estimadores de costos, especialistas constructivos, proveedores de insumos, y el más importante… el propietario o cliente. Pues hacia él está dirigido el proyecto arquitectónico definitivo. Esta pluralidad de expertos en lo que defino como SÍNTESIS ARQUITECTÓNICA.
Entiéndase como síntesis, el conjunto de elementos para CREAR un todo. El proyecto arquitectónico es un acto de síntesis, una unificación de partes, una creación de relaciones.
El trabajo en equipo es tan vital y a la vez complejo, puesto que cada especialista debe de armonizar con el arquitecto y viceversa. Para lograr esta conjunción de pensares técnicos, conceptuales, artísticos y porque no poéticos, requiere de una madures en la profesión y en su esencia como diseñadores, pues exige al arquitecto conocer mucho de todas las ramas que rodean la arquitectura, pues el diseño desde su Formo-Genesis, debe de contemplar las criterios elementales, tácitos y peculiares de las distintas y variadas especialidades.
El objetivo final de la arquitectura es garantizar la plena satisfacción del cliente, el pleno confort y seguridad del proyecto, Aquí es donde el trabajo participativo entra en un juego de propuestas técnicas y conceptuales para lograr la meta planteada.
El diseño colaborativo o participativo, cada vez es más importante y vital en el desarrollo de proyectos de arquitectura. La creación de equipos multidisciplinarios, reuniones de seguimiento y control, el cumplimiento de metas y la creación de estrategias corporativas, para lograr los objetivos primogénitos o incluso la modificación de los mismos. Esto se logra bajo una perfecta planificación y dirección del proyecto, desde la conceptualización hasta la ejecución física del mismo.
Con la globalización, los medios digitales , las comunicaciones y las redes sociales, los kilómetros se han vuelto kbps, la colaboración a distancia, el trabajo en equipo, directrices claras y líneas de acción concretas, sin faltar una organización liderada, están llevando hacia una Arquitectura Participativa, cuyo objetivo principal es la calidad del producto arquitectónico, en donde todos los elementos del proyecto arquitectónico estén respaldados por sinodales en cada una de sus contextos, donde el arquitecto juega el papel de coordinador de un todo , en la pluralidad y complejidad de la producción arquitectónica.
Es necesario hacer una reflexión sobre el tema, Marco Vitrubio, siglo I, antes de Cristo, aún está vigente desde mi punto de vista, ya no como un todo, como omnipotente, sino como el líder que, con su equipo de trabajo, tienen la meta de satisfacer las necesidades espaciales del ser humano tanto en lo individual como en lo colectivo, donde a arquitectura este presente, donde la técnica se una con la ciencia y estas con la belleza, para crear espacios poéticos sustentables.
La arquitectura participativa nos llevara a la realización de proyectos más sólidos, más congruentes que satisfagan el orden espacial, el orden conceptual, el orden técnico y el orden funcional, todo esto con el fin de hacer que el espacio sea digno para el futuro morador del mismo.
*Arq. Alberto Antonio Ortiz Arévalo. Actuamente es Arquitecto de Infraestructura en la Universidad José Matías Delgado.*
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